..Sin título..

Cuando estoy contigo no me atrevo a ser anfitriona, prefiero ser invitada. Cuando estoy contigo sólo necesito que ese momento no termine nunca, que la noche no termine nunca, que nunca termine tu conversación, que la amistad no termine nunca, que nunca termine tu sueño, que la magia no termine nunca, que nunca termine la vida, si es mala como si es buena, que no termine nunca.
Llegó un momento, después de poco tiempo conociéndote, que, dichosa, me sentí dueña de mí misma, maga capaz de elevarme hasta el centro del lugar donde reside la felicidad, sola, con las manos paralizadas por la duda y la intuición de que algo más grande se escondía tras el telón. Arriesgué mi única jugada, y, lleno de alegría, mis ganancias de siempre a la suerte de un día. ¿Perdí? Imposible. Nunca se pierde, no es una carrera sino un paseo.
Dejé que las circunstancias decidieran porque soy yo quien las crea y confío plenamente en el devenir de ellas. Así conocí el triunfo y la derrota, unos impostores según algunos, y al mismo tiempo descubría como el valor que se desató en mí proclamaba que la ilusión era dueña absoluta de mi alma... y así quiero seguir viviendo.
Todo fluye y casi todo influye. En mi vida fluyen mis sensaciones e influyen las tuyas, fluyen mis palabras e influyen las tuyas, nuestros pasos fluyen e influyen en la travesía que llevamos trazando desde ese día en que descubrimos que no es lo mismo ojo que mirada, entre ser uno más y ser uno.Sigue conmigo, de una manera o de otra, porque avanzar en soledad es para otro tipo de personas, y porque sería un camino con muchos más obstáculos.